Floral...

Me gustan las flores. Mucho. Siempre me han gustado.  El otro día recordaba con mi madre las tardes de domingo de mayo recogiendo ramos gigantes de calas para llevar a casa.

Aunque hasta hace poco estaba empezando a pensar que ya sólo me "gustaban".

Porque, de tanto verlas últimamente por todas partes, me estaba hartando un poco. He acabado saturada de estampados florales por todas partes, en ropa, complementos, decoración y calzado. De fotos bucólicas, con modelos de melenas interminables que posan lánguidas con estampados ñoños, y que se recrean en la nostalgia desde hace ya varias temporadas, con cierto aire de irrealidad y de haber salido de un cuento de princesas pastel.

Vamos, que pensaba que mi "etapa floral" estaba de capa caída. Pero no. Resulta que mi romance sólo necesitaba un respiro y una vuelta de hoja. Y ha vuelto. Renovado.

Porque seguimos en "modo floral", pero con otro rollo. Flores de las que se pueden tocar, de las que huelen de verdad. Y, sobre todo, con colores "de verdad", de primavera de verdad y que hacen pensar que (a pesar del diluvio que estoy viendo ahora mismo por mi ventana) ¡el veranito se acerca!

Y, sobre todo, lo que más me gusta...

1- Que te las puedes llevar puestas. Tal cual.

y 2- Que te las puedes hacer en casa

Lo explican todo pasito a pasito aquí

¡Feliz fin de semana!